INSINUACION LIRICA-11

Quiero que cada hoja de mi diario continúe siendo como la huella de tus manos;
como vivo retrato de mis profundidades para contigo.
Hoy, ¿habrá sido sueño? He paladeado tu sonrisa blanca y luego el estallido de tu fresca,
repentina y breve carcajada ha jugueteado en mis oídos como floración de alborada primaveral,
o dicho de otro modo, como despunte vigoroso de la misma felicidad...Y es precisamente en este momento donde he temido, donde el corazón me ha dado un vuelco, donde la sangre se me ha hecho astillas, donde he temido por mí y por tí; he temido porque a los poquísimos días de conocernos, era ya tal nuestra comunión de voluntades, que más parecía el colmo de la felicidad humana, que vida voluble de dos seres mortales, y todo ésto, por lo visto, dependía
de tan poco, como para que todo se derumbara repentinamente.


¿Dónde estarás en este momento en que mi mente acaricia tu recuerdo?
¿Cuáles serán tus pensamientos cuando los míos no son otro que envolverte en el mismo y con el mismo cariño, pero agigantado? ¿Serás víctima de algún seductor malintencionado?
¿Serás capaz de creer que alguien pueda amarte con la intensidad con que yo te amo?
¿Has examinado alguna vez mi cariño o ahora quizás al compararlo con otros
comprendas la diferencia?

Y así, una y otra vez iría hablándote, pareciéndome tocar con una mano el paríso
y con otra, la noche oscura de la desesperación.

¿Te digo un secreto? (Nunca miento.)¿Sueño? Sí.
Estoy a la salida, tal vez, de un templo. Fachada gris-oscura y escalinatas....
Frente a mí, un indivíduo señalándome con un arma; dispara y mi cuerpo se derrumba,
pero el segundo disparo, inmediato, a mi pecho, es mortal, caigo y a la vez, ¡despierto gozoso!

¡Ah, dar la vida amando!

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Francisco Novo Alaminos.
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