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Dame, Señor, un corazón muy grande;
como la dilatada
playa, sin apreturas;
como la hermana vega, sin cizañas;
como el hermano bosque, sin bullicios;
igual que la fontana,
humilde en su riqueza,
que siempre da y jamás niega sus aguas.
Dame, Señor, un corazón muy grande
lleno de amores para dar sin tasa;
vacío de mi mismo.
Yo quiero amar, mi Dios, con toda el alma.
¡Ay! dame un corazón casi infinito...
Un corazón que no te niegue nada;
¡Que nada se reserve!
¡Que todo lo reparta!
Un corazón que vele,
que sienta y se deshaga,
que con amores pague ingratitudes,
y agravios con plegarias...
¡Dame, Señor, un corazón muy grande
repleto de tu Gracia,
que aspire a ser muy santo...!
¡Dame, Señor, ya que mi sed es tanta,
dame tu Corazón,
Señor, si no es audacia!
.......
Francisco Novo Alaminos.
1958.
Publicado en "La Milagrosa."
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Dame, Señor, un corazón muy grande;
como la dilatada
playa, sin apreturas;
como la hermana vega, sin cizañas;
como el hermano bosque, sin bullicios;
igual que la fontana,
humilde en su riqueza,
que siempre da y jamás niega sus aguas.
Dame, Señor, un corazón muy grande
lleno de amores para dar sin tasa;
vacío de mi mismo.
Yo quiero amar, mi Dios, con toda el alma.
¡Ay! dame un corazón casi infinito...
Un corazón que no te niegue nada;
¡Que nada se reserve!
¡Que todo lo reparta!
Un corazón que vele,
que sienta y se deshaga,
que con amores pague ingratitudes,
y agravios con plegarias...
¡Dame, Señor, un corazón muy grande
repleto de tu Gracia,
que aspire a ser muy santo...!
¡Dame, Señor, ya que mi sed es tanta,
dame tu Corazón,
Señor, si no es audacia!
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Francisco Novo Alaminos.
1958.
Publicado en "La Milagrosa."
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Precioso poema que también es oración.Saludos
ResponderEliminarMira cuanta belleza tu inspiración querido amigo. Una oración preciosa que seguramente dejó a Dios feliz.
ResponderEliminarUn abrazote Francisco, yo también me voy feliz de haberte visitado hoy.