VII.
(Me lo conrron así)
Hice la promesa de durante 30 días consecutivos,
tener encendida una lamparilla de acéite a las
Almas Benditas del Purgatorio.
Una noche me olvidé.
Muy entrada ya la noche nos despertamos, un ruido
en el depósito de acéite, algo así como el frotar
de un objeto duro contra el vidón, se repetía de vez en cuando.
Ratones no pueden ser y gatos tampoco, es un ruido tan extraño...
Esperamos y el ruido se repetía con breves intervalos.
Al final, mi marido me dijo :
---María, esta noche no has encendido la lamparilla.
Salté de la cama y nerviosa y sin decir palabra, encendí la lámpara.
Los ruidos no se repitieron.
.....
Francisco Novo Alaminos.
Verano 1970.
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Hola Francisco:
ResponderEliminarComo siempre es una delicia leer tus escritos.
Un abrazo desde Valencia, Montserrat
Hola Francisco: tienes algo para escribir que da gusto leerte.Saludos desde Motril.
ResponderEliminarbella y enigmática narración, es un placer pasar a leerte amigo Francisco, un abrazo para ti
ResponderEliminarHasta del otro mundo nos recuerdan Francisco que Lo prometido es deuda.Un abrazo.
ResponderEliminarTodo es cuestión de fe...y si la tenemos ni esa esperanza nos abandona y hasta se toma el tiempo necesario para recordarnoslo!
ResponderEliminarbesos Francisco..rezo por ti..
bendiciones..
y besos de luz!
Rezando por mi hombre, que siempre esta al pie del cañon, aqui tarde pero segura, que me encanta pasar por tu casita
ResponderEliminarEsas palabras que nos regalas siempre llenan el alma
Gracias y muchos besos como pago
Un enorme placer ha sido llegar, hermoso relato
ResponderEliminarUn abrazo Stella
Es la fe, el que cree en Dios no tiene temor.
ResponderEliminarMuy lindo post.
Yo también soy creyente.
Besos para ti.
mar
Pues seguro que a mi me hubiera dado algo malo al escuchar eso, pero pienso que es la fe que se tiene puesta.
ResponderEliminarGracias por la narración
Un beso grande