La Alhambra (Granada)

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jueves, 24 de marzo de 2011

DESDE OTÍVAR.

VI.-

Yo nado bien y como el mar estaba sosegado fuí adentrándome .(1)
Pero he aquí que un calambre, de pronto corría por mis piernas, y me
imbadía el cuerpo; quise gritar y pareció como si la voz perdiera su fuerza en mis labios;
apenas si distinguía a los bañistas de la playa; golpeé el agua intentando volver a la arena,
pero mi dificultad se intensificaba y crecía en mí el terror, perdía la razón;
mas, repentínamente me ví atendido por un señor,que empujándome con fuerza me llevaba hasta la playa.
Al dejarme sobre tierra firme, quise expresar mi agradecimiento a quien me había salvado la vida y cual no fue mi sorpresa al verme solo.
Grité, grité y acudieron a mí, conté lo sucedido y nadie supo darme noticia del hombre que me había salvado de una muerte segura.

Las lágrimas acuden a mis ojos cuando lo recuerdo: Dios, visiblemente me había salvado.

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Francisco Novo Alaminos.
........ 1975ñ
(Lo cuenta un buen amigo mío: Su madre muy piadosa.)

6 comentarios:

  1. Muy hermoso y sentido lo que cuentas, es cierto que hay muchos héroes anónimos que hacen la labor de nuestro señor.

    bello,, sin duda, como todo lo que publicas.

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  2. Hola Francisco.

    El Señor tiene sus herramientas en sus hijos.
    Y fue como un milagro.

    Gracias por pùblicar este relato tan hermoso.

    Un abrazo, Montserrat

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  3. Querido Francisco,
    Hermosa experiencia y que hace pensar, que nuestro Ángel de la guarda, que Dios nos dio al nacer, siempre está a nuestro lado, no se nos presenta con sus alitas como en las estampas, sino como la persona que acude en el momento preciso para salvarnos, y luego no lo vemos para darle las gracias. Dios te lo mandó, dale gracias a Dios, y nosotros se la damos por tu amigo.
    Gracias por compartir con nosotros un relato tan bonito.
    Con cariño desde San Isidro.-Perú
    María del Carmen

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  4. Una hermosa narración Francisco, todos tenemos nuestro ángel de la guarda, feliz fin de semana y un abrazo para ti

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  5. Hizo bien y en seguida se mezcló entre la gente que se agolpaba ante el rescatado ó sanado, pasó de honores y menciones, de amores propios y ajenos, sí, hay rasgos que claramente hablan de Él ó de uno de sus Hijos que en la obediencia cumplen aquello de "dioses sois".Un abrazo.

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  6. Este ha sido un relato precioso, aveces nos suceden cosas inesplicables, que hacen girar nuestras vidas y nos tocan el alma, bicos y a seguir bien Francisco.

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